Hoy me he levantado de muy buen humor. Muy feliz. No es que sea raro, soy una persona muy alegre, pero últimamente me levantaba....cansada sólo de pensar todo lo que tenía que hacer.
Las que me seguís en Twitter ya sabéis que en septiembre me examino del último examen que me queda de la carrera, y si sois estudiantes o lo habéis sido, seguro que comprendéis los nervios y el malestar que esta situación genera.
Pero es que hoy me ha pasado una cosa muy curiosa: estaba echando un ojo al Facebook cuando me he topado con una foto de hace unos años, concretamente de mi primer año de carrera. Y me he puesto nostálgica. Muy moñas, vaya.
¿Vosotras os acordáis del primer año de carrera? A mi se me han pasado volando, y puede que por el hecho de que estoy tan cerca de dejarla, me ha dado por pensar en todo lo que he cambiado en estos años, y en lo que ha cambiado la gente que me rodea.
No creo que se me olvide nunca la sensación de que nada importaba tanto como estar en la cafetería con tus amigos, salir por la noche...estudiar era algo absolutamente secundario. Había que vivir la vida de universitaria (pre-Bolonia, claro está). Mis amigas y yo nos íbamos a un Starbucks en las clases que nos aburrían y nos creíamos las reinas del mambo.
Recuerdo perfectamente mi primer día, las sensaciones, los nervios...recuerdo también la presión que tenía por aprobar (yo venía de ciencias, iba para médico) y la presión familiar porque nadie daba un duro porque siguiese en la carrera, ni que la acabase, claro.
También recuerdo que los móviles eran móviles, no smartphones. Se llevaban tipo concha, ¡Y si tenían colores estábamos hablando de un móvil de categoría! Vivíamos ajenas al Whatsapp, Twitter, Facebook..
Nos comunicábamos vía sms o por el Messenger (madre mía no lo uso hace AÑOS).
Y parece que mi Ipod también estaba decidido a que recordase mis 18 añitos y en modo aleatorio ha sonado Satellites, de September que fue la canción del verano...Aún no existía Lady Gaga ni habíamos oído hablar de David Guetta (al menos yo no).
Lo más cool era llevar zapatos de punta súper estrecha y tacones de aguja, preferiblemente con pantalones de campana. Todas bebíamos Malibú con piña...
Ahora todo esto es pura historia. Todas llevamos pitillos, bebemos Gin tonics y usamos peep toes.
Dicen que no hay que mirar atrás ni para coger carrerilla, pero...¿No es inevitable? Si no miramos atrás no vemos todo lo que avanzamos.
Y vosotras, ¿Os ponéis nostálgicas alguna vez?
¿Habéis cambiado mucho en los últimos años?
¿Echáis de menos algo del pasado?
-Lorena
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